17/5/15

Sin ti, que más dará.

Y quererte ir, lejos de aquí, a desahogar tus límites, por qué cerca de todo lo que te envuelve no eres capaz de dejarte ir, de soltarte, de ser quien tu siempre has querido ser. Suerte la que algunos han llegado a obtener en esta vida, por qué tienen donde marcharse cuando todo se les hace una pared de hormigón que parece que nunca va a ser destruida ni aunque pasen más de millones y millones de años. 

Querer juntar vidas, ¿para qué?  Si total, se va a desconfiar igual que si no tuvieras a esa persona a tu lado de una manera importante, lo vas a echar de menos, vas a quererlo solo para ti, pero, es que no puede ser, tiene que tener su parte de libertad, ese lugar en el que tu no podrás entrar; sí tu, no entrarás por qué él lo necesita más que nada.

Quizás un día te despiertas y te das cuenta de que no es lo que querías, ¿y todo lo vivido? Lo tiras a la derecha, o bien a la izquierda y le das al botón de Reset para que nada más pueda influirte, ¿Lo volverías a conocer?, ¿Te gustaría volver a cruzarte en la vida con esa persona?... pero espera, que por lo que las gentes dicen, si dos personas están destinadas a estar juntas, por muchas cosas que les separen, ellos se encontrarán. Puede que esa persona te esté esperando a ti, allí fuera, así que sal y búscala... pero, oye, ¿qué no sabes quien es esa persona, no? pues nada, tendrás que cruzarte con alguien, no liar mucho la cosa y despedirte, decirle adiós por un tiempo, que según las bocas te volverás a encontrar, y puede que, esa segunda o tercera vez que lo hagas, sea la correcta y todo fluya, igual que el agua cuando sigue su corriente hacia llegar al mar y desembocar.